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Lenín Moreno toma posesión de la presidencia de Ecuador para el periodo 2017-2021. El flamante gobernante trata de encarnar un nuevo estilo para gobernar, basado en el diálogo y el rechazo a la confrontación. Así se quiere diferenciar de su antecesor en el cargo, Rafael Correa, siempre crítico con la oposición, los ricos y el “viejo país”.
Moreno, de 64 años, ha dicho que aplicará cambios en el estilo y trabajará en favor de “los más olvidados de entre los olvidados”. Su rechazo al choque frontal le llevó a desestimar, durante la campaña electoral, un debate con su contendiente, el opositor Guillermo Lasso. En cambio le ofreció conversaciones e intercambios de ideas.
Moreno aspira alcanzar una economía sostenida en la eficiencia y el adecuado manejo de los recursos, que encuentre sustento en la justicia social y la equidad tributaria. Plantea que quienes más tienen más contribuyan.
Moreno aseguró que el equipo designado refleja “el sello de este nueva etapa en la historia del país y de nuestro proceso político: pluralidad, unidad y diálogo”. Para ello tendrá que dar muestras del talante dialogante, particularmente después de su ajustada victoria por el 51,16 % de los votos frente al 48,84 % de Lasso.
