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La ciencia detrás de la ruleta
Los jugadores siempre están tratando de ganarle a los casinos con la esperanza de hacerse millonarios, lo cual quiere decir que nunca han faltado los charlatanes que se aprovechan de la ambición de los apostadores para engañarlos y venderles métodos milagrosos. La regla bien lo dice, mientras exista quién compre habrá quién venda, pero cuando la ciencia entra en acción todo cambia.
Y es que la ruleta no es ajena a las reglas de la física, también esa pelotita millonaria obedece a la ley de Newton. Pero existen circunstancias particulares que hacen casi imposible predecir en dónde va a caer, por ejemplo, cada ruleta es diferente, aunque sea por muy poco. Las condiciones atmosféricas cambian la rueda de manera constante y eso incita a que el azar juegue un papel más importante.
Esto quiere decir que no se puede predecir en dónde va a caer la bola, pero hay científicos que afirman que sí se puede saber en qué área de la ruleta va a caer, lo cual le pueda dar a cualquiera que tenga esta información una enorme ventaja sobre el casino, más del 40%. Esto elimina la ventaja de la casa, la cual es normalmente de 5.26% en los casinos que juegan con la ruleta estadounidense.
Pero esto no espanta a los grandes operadores de casinos, tanto físicos como en línea, quienes siguen invitando a los jugadores a probar suerte en sus ruletas, y además hay sitios que promocionan su ruleta con información bastante útil para los principiantes, hasta con estrategias incluidas para entender mejor este enigmático juego, del cual hasta se han inventado los más increíbles mitos y leyendas.
¿Entonces qué tan cerca está la ciencia realmente de ganarle a las probabilidades si los casinos no parecen inmutarse siquiera? Ya se había intentado vencer a la ruleta a finales de los años setenta a través de computadores expresamente creadas para saber en dónde iba a caer la pelota, pero en la práctica la idea era casi imposible de ejecutar debido al tamaño de los dispositivos de aquel entonces.
Recientemente se volvió a tomar la idea gracias a un profesor de matemáticas de la Universidad de Berkeley en el estado de California, quien a través de un dispositivo que calcula la velocidad de la bola buscaba cómo saber en dónde iba a caer. El aparato permitía eliminar la mitad de los números para concentrarse en media ruleta y ampliar exponencialmente las posibilidades de ganar.
La idea es mucho más moderna que el precedente de los años setenta, pero el problema es que si bien los casinos en Estados Unidos no tienen permitido esculcar a los apostadores sí tienen derecho a correr del lugar a quien les venga en gana, incluso por estar ganando demasiado.
La ciencia seguirá buscando cómo hacernos la vida más sencilla y en una de esas hasta decirnos los secretos para volvernos millonarios, pero la realidad es que hasta la fecha todos los intentos por ganarle a las probabilidades se han quedado bastante cortos y es previsible que así siga siendo en el futuro inmediato.
