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En sus primeras declaraciones desde la renuncia de su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, por desinformar al gobierno sobre negociaciones que tuvo con autoridades rusas, el presidente Donald Trump dijo que la verdadera historia del escándalo son las filtraciones ilegales que salen y siguen saliendo de Washington.
A través de su cuenta de Twitter el mandatario cuestionó si las filtraciones seguirán dándose mientras “lidio con N.Corea, etc?”.
El hecho de que Flynn y el embajador ruso Sergei Kislyak hablaron sobre las sanciones fue divulgado por dos influyentes periódicos -The Washington Post y The New York Times-, pero en la capital estadounidense nadie duda de que la información se filtró desde el interior de la Casa Blanca.
Los demócratas quieren investigar la relación de Donald Trump con Rusia y también quieren saber cuándo se enteró el presidente de que su consejero de seguridad nacional había discutido las sanciones estadounidenses con un diplomático ruso.
Cuando Flynn habló con Kislyak, el presidente Obama preparaba la aplicación de sanciones contra cinco funcionarios rusos y había determinado la expulsión de 35 diplomáticos de territorio estadounidense.
La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo en un comunicado el martes que “el pueblo estadounidense merece conocer toda la extensión del control financiero, personal y político de Rusia sobre el presidente Trump y lo que eso significa para nuestra seguridad nacional”.
Por su parte, la asesora presidencial Kellyanne Conway dijo al programa “Today” de NBC tras la renuncia de Michael Flynn que “la situación se volvió insostenible”.
En su carta de renuncia, Flynn dijo que mantuvo numerosas llamadas telefónicas con el enviado de Moscú en Estados Unidos durante la transición y dio “información incompleta” sobre esas discusiones al vicepresidente Mike Pence.
Su marcha supone el mayor revés hasta el momento para el equipo de asesores del presidente Donald Trump apenas un mes después de su llegada a la Casa Blanca.
