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La ineficiente, mediocre e inoperante gestión de gobierno de Ollanta Humala nos está pasando la factura trágicamente a menos de ocho meses de haber dejado el cargo. Sin duda el responsable directo de la falta de previsión que está ocasionando El Niño Costero es el gobierno del régimen nacionalista. ¿Y saben por qué?… Porque fue en su gobierno que a alguien se le ocurrió reformar (o complicar) el sistema monocéfalo que dirigía Defensa Civil, para enfrentar los desastres naturales, para convertirlo en un gigante inoperante, burocrático y lento de dos cabezas.
Desde la década del 70, los procesos correspondientes a la mitigación del riesgo de desastres estaban a cargo del Sistema Nacional de Defensa Civil (Sinadeci). Sin embargo, este panorama cambió hace seis años, durante el gobierno de Ollanta Humala. En febrero del 2011, el Congreso promulgó la Ley 29664, que creó el Sinagerd (Secretaria de Gestión del Riesgo de Desastres) como un sistema interinstitucional y descentralizado en reemplazo del Sinadeci. Se estableció que los siete procesos (estimación, prevención, reducción del riesgo, preparación, respuesta, rehabilitación y reconstrucción) fueran asignados a dos entidades diferentes: el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), que asumiría la gestión reactiva, y el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), que se encargaría de la gestión correctiva y preventiva.
Un ejemplo práctico: según la nueva normativa, si un alcalde distrital inicia la elaboración del plan de gestión del riesgo de desastres para su jurisdicción, deberá solicitar asistencia técnica tanto al Indeci como al Cenepred. Igualmente, ese mismo alcalde tendrá que coordinar las acciones con la comuna provincial correspondiente y con el gobierno regional.
Esta situación representa una complicación del sistema. Antes, la autoridad local gestionaba la prevención y la respuesta con Defensa Civil. Ahora, debe acudir también al Cenepred, que ni siquiera cuenta con oficinas en todo el territorio nacional. Por ello, un alcalde rural debe venir hasta Lima para asesorarse y capacitarse. En efecto, el Indeci tiene actualmente 24 direcciones desconcentradas en el Perú, una por cada región. Por otro lado, el Cenepred tiene su local central en Lima y tres oficinas de enlace (situadas en Tacna, Cusco y Piura), increíble pero cierto.
En mi humilde opinión la creación del Sinagerd ha sido inoportuna e improvisada, además de muy lenta en estos seis años, al grado que pasado este tiempo no ha sido capaz de brindar una respuesta a una emergencia nacional tan grave y trágica como la que tenemos y que debió ser su prueba de fuego para demostrar su valía.
El último eslabón del Sinagerd es el brazo ejecutor: las autoridades distritales y provinciales. Cada comuna dispone anualmente de una partida presupuestal (068) para reducir la vulnerabilidad ante los desastres y para la atención de las emergencias. Durante el 2017, el Ejecutivo ha asignado S/1.116 millones en este rubro. Los alcaldes y gobernadores solo han ejecutado –en lo que va del año– un promedio del 10.8% de dicho presupuesto. En el caso de los gobiernos locales, la cifra de ejecución es de 14.3%, mientras que en el caso de los gobiernos regionales llega al 6.91%. Entonces los alcaldes y presidentes regionales tienen que poner las barbas en remojo pues en cuanto se atiendan las emergencias tendrán que asumir su responsabilidad ante los tribunales y lo más importante darle la a su pueblo que los eligió.
Peruanos Por el Kambio tiene que dejar de demostrar que sigue improvisando y que no tiene capacidad para calibrar los temas que realmente son de inminente importancia para el país. En julio del año pasado era previsible la posibilidad de un azote del fenómeno de El Niño en los meses de verano y que se hizo?… Pedro Pablo Kuczynski tiene que cambiarse las pilas y abrir bien los ojos para hilar fino y dejar que se le escapen las tortugas. El entorno político que lo rodea tampoco parece dar pie con bola, pues desde que asumieron el gobierno están actuando como un elefante atravesando una cristalería. Hasta mañana mis amigos de Primera.
