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Casi siempre en política dialogar sin pactar es una verdadera pérdida de tiempo. Sobre todo en circunstancias actuales como las que vive el Perú. Cuando la carencia de madurez política lleva al país a un estado de ingobernabilidad, entrampada por sucesivas censuras y renuncias ministeriales ante inminentes reprobaciones congresales. Todo este comentario va referido al encuentro que tendrán el próximo martes la presidenta del partido naranja Fuerza Popular Keiko Fujimori y el presidente Pedro Pablo Kuczynki con miras a intentar nuevamente un diálogo que conlleve a acuerdos programáticos sobre temas puntuales con miras a lograr una fluidez en la gobernabilidad.
Este será el segundo encuentro que tendrán los líderes de las dos principales fuerzas políticas del país. El primer encuentro se realizó el 19 de diciembre del año pasado por un lapso de una hora en la casa del cardenal Juan Luis Cipriani. A juzgar por los resultados esta reunión fue un simple tope político, similar al roce tímido entre dos nobeles púgiles que buscan estudiarse para medir sus fuerzas. Mientras ellos ensayan estrategias en su juego político el país se paraliza y entra en una recesión económica alarmante. Esta actitud en mi opinión es irresponsabilidad política. Inoperancia que la opinión pública debe guardar en su memoria y de seguro sabrá castigar en su momento.
PRIMERA CITA
“Ha sido una conversación muy útil, franca y constructiva. Nos hemos centrado en los temas del presente y el futuro. El Perú tiene grandes retos por delante, coincidimos mucho en la mayoría de ellos y nuestra tarea es sacar al país adelante, y lo vamos hacer. Entre el Ejecutivo con el Congreso siempre habrá alguna diferencia aquí y allá pero no dudo de que podemos trabajar juntos para promover a un Perú que llegue al año 2021 con prosperidad y modernidad”, dijo Kuczynski, al salir de la reunión en ese momento. Después de casi siete meses de dicho encuentro, el país se encuentra entrampado por censuras y renuncias obligadas de ministros de estado, provocadas por intentos lobbistas de los mismos.
A su turno la excandidata presidencial dijo textualmente: “Fuerza Popular respetará y fortalecerá la democracia y respetará el orden constitucional. En el diálogo tocamos temas como la delincuencia, corrupción, educación, salud, incluso los temas de sequía. Desde Fuerza Popular vamos a continuar con nuestro mandato, que es ser una oposición constructiva”. Y como hemos visto el Congreso con la mayoría naranja se ha dedicado a mostrarle a un impotente PPK que lo tiene cogido de sus partes más nobles.
BALANCE
A la fecha el resultado de ese esfuerzo y el balance de ese primer encuentro es nulo. Ambas fuerzas políticas no han demostrado capacidad de diálogo y mucho menos voluntad ni consecuencia conciliadora. Los grandes perdedores de la falta de madurez política son los más de 30 millones de peruanos que necesitan que el Perú se reactive pero sin corrupción. Que necesitan empleos dignos, que urgen de servicios de salud eficientes. Y exigen se cumplan las promesas de campaña. No quieren escuchar excusas políticas que apunten a tirarse la pelota de la culpa de uno a otro, lo que exigen es solución a sus graves problemas económicos y de seguridad. Quieren tener la certeza de hay un gobierno que sabe lo que hace y que los conduce a un futuro mejor. Lamentablemente hasta el día de hoy esa convicción no existe, a cambio lo que recibe el ciudadano de a pie es la sensación de desgobierno, inestabilidad y caos que no le permite pensar en un futuro mejor. De ello son responsables el partido de gobierno y la mayoría opositora. El próximo martes tienen una nueva oportunidad de iniciar un verdadero dialogo que conlleve a la coincidencia de objetivos de gobernabilidad para el país. Ello ya no es una necesidad, dada las circunstancias es una obligación. Hasta mañana mis amigos de Primera.
