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Gandhi decía que cuando los elefantes se pelean el césped es el que sufre. Y es exactamente lo que está ocurriendo en el país ante el enfrentamiento claro y directo entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Es una vergüenza lo que está sucediendo en el país y lo que está provocando las malas artes de la politiquería peruana. Las ambiciones, egoísmos y revanchas de los grupos de poder político preponderante tienen al país sumido en una parálisis económica y de desarrollo que está afectando gravemente la calidad de vida de los peruanos menos favorecidos.
Los grupos de poder en este caso son dos, el partido Peruanos Por el Kambio representado en la figura de Pedro Pablo Kucynski, y Fuerza Popular que dirige Keiko Fujimori. Ambos se supone que representan a sectores mayoritarios de la población que fueron elegidos para reactivar el país y recuperar el dinamismo económico que se traduzca en una mejora tangible del nivel de vida de la población.
Los pepekausas ya llevan más de un año a cargo del Poder Ejecutivo y no atan ni desatan. Su falta de acierto en la elección de sus cuadros ministeriales y su torpeza en el manejo político le han servido de argumento para que la oposición les dispare certeramente eliminando ministros y por último a todo un gabinete. La oposición mayoritaria expresada en el congreso por la variopinta e irregular camada fujimorista al parecer tiene como consigna no desperdiciar ninguna oportunidad para pintar al partido de gobierno como inoperante y estéril y tratar de asegurar una elección presidencial para la cual aún faltan cuatro.
Para desgracia del país y la de 30 millones de peruanos ambos poderes se han sumido en un tira y afloja irracional dando como resultado una percepción de desgobierno que tiene al país en stand by y a las clases sociales más necesitadas, cada vez más pobres.
En esta situación hay dos culpables, Peruanos Por el Kambio personificado por PPK y la irresponsabilidad de haberse postulado a un cargo cuyas exigencias lo superaban. Y la contraparte de Keiko Fujimori, personaje político que a la fecha parece no haber superado la derrota electoral que truncó sus aspiraciones de convertirse en la primera mujer presidenta del Perú. Esta frustración al parecer la está llevando a convertirse en una oposición destructiva.
Para los fujimoristas, no haber alcanzado la presidencia en las últimas elecciones, no fue una derrota, sino un robo, tal cual lo ha señalado la disidente ex congresista de Fuerza Popular, Patricia Donaire, quien cambió de camiseta y hoy forma parte de la bancada de Peruanos Por el Kambio.
MINANDO EL CAMINO
Sobre este tema ayer la congresista fujimorista Yesenia Ponce reveló que habría un posible cálculo político en Fuerza Popular para no liberar el proyecto Chinecas (Áncash) y que tendría la aprobación de la lideresa, Keiko Fujimori. Un audio difundido en Cuarto Poder sería la prueba.
“Me llama a su despacho, a una reunión, y me dice Keiko: ‘¿Yesenia, vamos a ayudar al Ejecutivo?, ¿le vamos a solucionar al Ejecutivo? Nosotros vamos a ser gobierno el 2021. Este proyecto tiene que ser nuestro. ¿Por qué le vamos ayudar al Ejecutivo con este proyecto?’ Allí me quedé fría. Muy buen proyecto, pero no es el momento”, se le oye a Ponce en un audio que está en manos de la Fiscalía de la región Áncash.
La parlamentaria afirmó que Fujimori Higuchi le pidió guardar el proyecto para que ellos mismos lo hagan realidad cuando logren la presidencia. Esta grabación se habría hecho en la casa de Ponce a inicios de 2017, en una reunión en la que también participó el encarcelado ex presidente regional de Áncash, Enrique Vargas Barnechea. Con esta forma de hacer política de oposición no vamos a ir a ningún lado, ni mucho menos salir del atraso y la pobreza. Así están las cosas de desalentadoras. Hasta mañana mis amigos de Primera.
