EDITORIAL: DESFUJIMORIZANDO FUERZA POPULAR

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El divisionismo dentro del partido Fuerza Popular parece traer algo más que eso. Aparentemente el detonante de los aires separatistas dentro del partido naranja, habría sido el tema de la liberación del ex presidente Alberto Kenja Fujimori Fujimori. Sin embargo Kenji Fujimori con sus comentarios se ha ido encargado de ampliar el panorama de lo que realmente sucede dentro de la naranja fujimorista. Sobre todo al referirse al “secuestro”, del que dice ser presa su hermana y presidenta del partido Keiko Fujimori, por parte de un sector de la cúpula política, facción que ha venido expectorando a representantes del fujimorismo pragmático de las entrañas del propio partido. Sino pregúntele a la Lucha Cuculiza, a Gagó o Martha Chávez a quienes no se les permitió conformar la lista de candidatos al congreso en las últimas elecciones, bajo el cuento de la renovación de cuadros.
En mi opinión lo que sucede dentro del Fuerza Popular es lo siguiente: En el Perú existe una crisis de partidos políticos que los está llevando a la extinción. Basta observar lo que está sucediendo con los conglomerados políticos más antiguos que apenas sobreviven, llámese Acción Popular, PPC y el Apra. Los dos primeros están casi con partida de defunción y el Apra se va encaminando al panteón. Y saben por qué, pues por que los partidos tradicionales han sido construidos en base a líderes, y a sus ideologías personales, las mismas que han ido perdiendo difusión y vigencia, En el caso especial del Apra sus bases ideológicas fueron más amplias y cimentadas por tremendos intelectuales como Haya de la Torre, Prialé, León de Vivero, Orrego entre otros, que se adelantaron a su época, inspirados por ideologías europeas. Además de una cantera de líderes de la generación del 50 formados por el Viejo León en Villa Mercedes, que ha sobrevivido hasta nuestros días. El divisionismo y el zafarrancho de correligionarios han sumido a estos partidos, otrora grandes y fuertes a su mínima expresión, y es lo que quieren evitar dentro del partido fujimorista.
Quieren evitar que Fuerza Popular se muera con Alberto Fujimori. Y ello va a comenzar a suceder cuando al patriarca le llegue su momento y ya no esté en este mundo. Entonces lo que a esa cúpula, que señala Kenji, les preocupa es la decadencia del partido a partir de la desaparición de su líder fundador. Y lo más grave es que el fujimorismo no tiene una ideología sólida, ni textos políticos contundentes que puedan garantizar su permanencia en la las mentes de los correligionarios más jóvenes. Pues “Honradez, Tecnología y Trabajo” ya no bastan para sostener un partido. Y para este proceso primeramente quieren desvirtuar la existencia y la dependencia de Fuerza Popular con relación a Alberto Fujimori. Quieren utilizar a los fujimoristas para implantarles una nueva corriente ideológica que pueda asegurar su permanencia como partido en el tiempo. Y lo peor de todo es que Kenji aún no se ha dado cuenta o no quiere admitir que la principal impulsora de la desfujimorización de Fuerza Popular es su propia hermana Keiko. Lo que Kenji no sabe es que el puntillazo final en contra del fujimorismo será su propia expulsión, la misma que se dará tarde o temprano.
La agrupación naranja está dividida claramente en dos partes, en una Kenji Fujimori quien arrebatadamente quiere ver a su padre en libertad lo más pronto posible y de cualquier manera, por ello estuvo impulsando inconsultamente el proyecto de ley de prisión domiciliaria el cual fue promovido, como se recordará, por el congresista Roberto Vieira y la que contaba con la aprobación de 30 congresistas.
Y en la otra parte su hermana y lideresa del partido Keiko Fujimori quien está empecinada aparentemente en no dejar el manejo político de lado, así sea en una situación familiar y fuertemente subjetiva. Pues ella ha ido desautorizando cualquier gestión anterior o paralela, para conseguir la libertad de su padre, emitió hace unos meses un video en redes sociales en el que anunciaba la pronta presentación de un habeas corpus para reencaminar la lucha por la libertad del anciano y enfermo ex presidente. Estás y otras acciones estériles han sido tomadas como formalidades o saludos a la bandera.
En política no hay que ser inocente y hay que ser mal pensado. A Keiko políticamente no le conviene que su padre salga en libertad. Quiéranlo o no, Alberto Fujimori enfermo y débil sigue siendo el corazón de Fuerza Popular. El patriarca libre con mejores cuidados podría reponerse rápidamente, recuperar poder y reacomodar a su vieja guardia para preservar la esencia de su sueño político. Algo que a lo que los Keikistas le tienen pavor pues en este escenario el próximo candidato presidencial podría ser Kenji Fujimori Higuchi, por algo no ha sido el congresista más votado. Y con él, retornaría el ala dura del Fujimorismo a Fuerza Popular. Esta es la pesadilla de Keiko. Hasta mañana mis amigos de Primera.

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